“Conozco esas lágrimas que no caen y se consumen en los oJos, conozco ese dolor feliz, esa especie de felicidad dolorosa, ese ser y no ser, ese tener y no tener, ese querer Y no poder.”
-J. Sáramago
Este fin de semana me hizo reflexionar un poco. Porque existen las verdades no habladas? Las que nos esforzamos en creer que no existen, cuando están ahí esperando su momento de salir de nuestras bocas para caer en los primero oídos dispuestos a escucharlas. Porqué hay momentos que se sienten sinceros y otros no? Porqué somos capaces de asincerarnos en los momentos menos oportunos? Porqué nos abrimos a extraños y no confiamos en nuestros seres más allegados? A qué le tememos? Qué rechazo puede ser tan cruel y horrorifico, que nos abstenemos a enfrentarlos? La verdad, es que no confió en mi misma, y por ende, en este preciso instante de mi vida, las personas no pueden confiar en mí para que le alegre la vida. Vivimos en una sociedad de mascaras. Nadie realmente nos conoce, ni siquiera nosotros mismos alcanzamos a conocernos del todo. No confiamos en nosotros mismo, mucho menos en el prójimo. Mi problema es que no quiero la ayuda de nadie, quiero vivir esta etapa de mi vida y exprimirme hasta que ya no aguante más. Me da igual el resto del mundo. En este momento solo quiero, por primera vez, importarme solo a mi misma y ya. No quiero preocuparme de las repercusiones de mis acciones hacia otras personas. No me interesa. Quiero crear un ego y alimentarlo. Quiero ser indestructible! Siento mis guayabos morales, porque me recuerdan que aun sigo siendo parte de este mundo. De resto, todo me es indiferente. Estoy cansada de sentir pena por mí. Quiero empezar a odiarte sin restricciones, para poder realizar mi venganza imaginaria…y si tengo suerte, liberarme de mis propias cadenas morales que no me dejan vivir plena y libremente.
Cuál es tu máscara?