martes, 16 de agosto de 2011

Mi Pedestal

La imagen idealizada. La imagen falsa, pero real al mismo tiempo, al menos para nuestros ojos. Un prisma de combinaciones que nos hipnotizan el alma y nos poseen, sin esperanza de exorcismo. La realidad imaginada, la grandeza hologramática que circula en nuestra mente. Es decepcionante como nuestra propia mente nos engaña, nos hace ver cosas que no están ahí, y lo peor! Le ayuda al otro a  embaucarnos, para que ver aquello que nunca existió, para jugar con nuestra irracionalidad y hacernos creerla racional. 


Estoy desengañada de mi misma. ¿Cómo puedo confiar en mi mente cuando puede volverse mi peor enemiga? Ahora la pregunta se dirige hacia mí, ¿Por qué? Y vaya que estoy llena de por qués! Por todos lados! Que me inundan el espacio y me asfixian! Necesito respuestas y no las necesito. Necesito valentía, pero no sé dónde buscarla. Me necesito cuerda, pero me es imposible plantar mi cordura, pues lleva meses perdida. Pero sobre todas las cosas, necesito urgentemente dejar de mentirme. 


Las ilusiones nunca desaparecerán de mi vida. La realidad cada vez se difunde más con la línea de los sueños y deseos. Me estoy perdiendo en una espiral ilusoria y la comodidad de no pelear para salir, me está adormeciendo. 
Más que un desahogo, esto es una reflexión.




Ahora empiezo a resentirme conmigo misma. Me di cuenta que estoy metida en un hueco de mierda, que yo misma cague.