Siempre me
he preguntado que habría pasado si hubiéramos crecido en una sociedad, donde el
concepto filosófico que conocemos detrás de la palabra “amor” fuera otra.
¿Quién dictaminó
que para estar enamorado hay que sentirse de cierta manera y cumplir con
ciertos estándares sociales? ¿o es que creemos que la miradas no mienten
también? ¿o que la palabras “Te Amo” tienen cierto poder legendario que impiden
ser dichas si no se sienten realmente?
Nos han
vendido la idea de que el amor es monógamo, que uno sólo puede enamorarse pasionalmente
una vez en la vida y de una persona nada más. Y cuando lo haces debes sentirte
de esta y esta manera, y actuar irracionalmente de esta otra o si no, no es
realmente “Amor”.
¿Qué
hubiera pasado si nos hubieran metido otra idea sobre lo que es esto que
llamamos “amor”? ¿Qué tal que el amor
sólo dure por un tiempo y fuera indispensable cambiar de pareja? ¿Las mujeres
tendríamos más poder y auto respeto? ¿O serían los hombres los del autocontrol?
De por sí, el concepto que tenemos actualmente sobre este sentimiento, es
totalmente diferente al que vivieron nuestros padres, y a su vez los suyos y
así sucesivamente. Pero igual, todos se fundamentan en el mismo significado
trascendental, sobre lo que es el “amor”.
Pero…¿Y qué
si la persona que estandarizó el sentimiento de “Amor” como lo conocemos hoy, estaba simplemente loca y obsesionada por un
alguien? ¿Quién puede decir que lo que
creemos que sentimos al estar enamorados, no es más que una locura autoinducida, incentivada por la ciega y
fanática promulgación de una experiencia milenaria (y probablemente enfermiza) de un
fulano? ¿Qué pasaría si descubriéramos que hemos actuado como locos ¡por
milenios! sin fundamento? ¿Y que todo los sufrimientos y las grandes historias
firmadas de sangre, lágrimas y amor pasional, se dieron a partir de la psicosis
de un sin nombre prehistórico, que algunos terminaron por difundirnos?
¿Quién me
puede negar que lo que este sintiendo ahora, ya sea que siga o no ciertos - o
todos- los parámetros socialmente establecidos, no es más que una locura
heredada? ¿Un sentimiento prestado? Todavía puedo optar por vivir en una eterna
(pero débil) negación. Rechazar
cualquier reacción química o quimérica de mi cuerpo, y controlar mi compostura.
Aferrarme a una teoría igual de absurda a lo que entendemos por “amor”, y
vendarme los ojos antes de caer al vacío. Esperando que el hecho de no poder
sacarte de mi cabeza, sea más que una banal obsesión.
Y al final,
todos tenemos cadenas que van más allá de nuestro entendimiento. Que nos
determinan según los estándares de tiempos ya perdidos en el propio tiempo.