jueves, 12 de enero de 2012

(des)ahogándome.

“Suéñame, que me hace falta” 
-Alfonsina Storni.

No se qué ojos inquietos leerán estas palabras, ni siquiera sé que pretendo con escribirlas. Son solo palabras tiradas al viento del internet, sin destinatario determinado, sin propósito planteado. O puede que sea todo lo contrario y solo esté engañándome a mí misma. Escribiendo con u n propósito aun oculto, esperando que cierta persona o personas lean estas palabras, que no son solo palabras aleatorias si no predeterminadas. Soy y no soy. Soy lo que escribo, pero soy todo menos lo que escribo. Mis palabras cobran vida y quieren desesperadamente independizarse de mí, de lo que represento. Yo por otro lado, ruego porque aun exista una dependencia entre ellas y yo, que esa delgada línea que nos mantiene conectadas nunca se rompa y se mantenga ahí, para mi propio placer y cobardía. Necesito alimentarme de certezas, de certezas de un mañana mejor, de certezas de lealtad, de certezas de compañía, la certeza que no estaré sola en el futuro para enfrentarme a la vida. Pero solo las palabras pueden llenar ese vacío (vacio que intento llenar a punta de golosinas y música). No existen las certezas de nada, solo esa que predice que algún día, todo termina.

Y Tengo!


Tengo una angustia creciente que me domina, que no me deja respirar, que no me deja dormir, que no me deja vivir. Tengo prejuicios pegados por todas partes, que me desangran poco a poco, como vulgares sanguijuelas. Tengo ganas de gritar. Tengo ganas de besarlo y dejarme llevar. De olvidar. De encontrar. Tengo ganas de correr. De irme sin decir nada. De viajar. De escapar. Tengo ganas de llorar. De saber qué hacer y hacerlo. Tengo ganas de enfrentarme al mundo cogida de la mano de alguien. De sentirme segura y protegida. Tengo ganas de respirar por respirar. 


Tengo muchas ganas acompañadas de poca determinación.





No hay comentarios:

Publicar un comentario