miércoles, 15 de febrero de 2012

Una Verdad más que inconveniente.


“Algún  día  en  cualquier  parte,  en  cualquier  lugar
 indefectiblemente  te  encontrarás  a ti  mismo, 
y  ésa,  sólo  ésa, 
puede  ser  la  más feliz 
o  la  más  amarga  de  tus  horas.”
-P. Neruda

Hecho: Es complicado vivir con personas. Es complicado manejar sus estados de ánimo (más el tuyo). Es complicado lidiar con los demás. La convivencia puede ser la matriz de los asesinos…en serie. El entender al otro va más allá del entendimiento de un cerebro humano, aun más complicado resulta entenderte a ti mismo. Al final sos vos contra el mundo. Al final, eres vos el que pierde confianzas, rebela mentiras, pierde peleas, se seca las lágrimas. Al final, eres tú al que te debes enfrentar.

Y aun así, que insoportable es cuando nos encontramos completamente solos. Porque la soledad nos obliga a juzgarnos, a enfrentarnos. Buscamos compañía no por eso, si no por razones más egoístas, la buscamos para no tener que lidiar con nosotros mismos. Es más fácil esconderse detrás de la ira, es mejor ser cobarde por medio de los celos, es últimamente conveniente siempre culpar al otro de nuestras inseguridades y nuestros miedos. Es más cómodo refugiarse detrás de un “si no me quieres como soy, entonces vete”, cuando somos nosotros mismos quienes buscamos escaparnos de ese como soy. Es infinitamente beneficioso el ver a los otros preocuparse por uno, que tomar en nuestras manos esa ardua tarea. Es estorboso la idea de tener que convivir con uno mismo, ahora que otro tenga que lidiar con nuestra existencia... es hasta normal (y justificable!) que se generen conflictos al tener que aguantarse además, la existencia de un -otro-.

Está no es más que una simple realización, mas no una confesión, ni mucho menos una reivindicación. Simplemente es, y no dejará de ser. 


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