Me está envolviendo la sombra de la
angustia, de la inseguridad de no poder llevar a termino los proyectos que
tengo planteados. ¿Tendré la capacidad y la iniciativa que hace falta, para llegar
a la punta del Everest? Me estoy ahogando entre citas de autores y expertos,
entre temas que a la postre, realmente ignoro. Confieso que me siento
presionada y cansada. Ya me rendí y ni siquiera he comenzado.
Me aturden las preguntas que grita mi
consciencia; ¿Es esto lo que quieres de la vida? ¿Es esto lo que esperabas? ¿Es
esto con lo que te quieres enfrentar el resto de tu vida? Y siguen, una lista
interminable de preguntas buscando respuestas inexistentes. Pero qué estupidez.
Estoy persiguiendo la cola del perro, y lo único que consigo es marearme.
¿Dónde está mi salida de emergencia? Ya me
estoy moviendo dentro de la montaña rusa y estoy teniendo el llamado coldfeet en la subida. Me quiero salir,
quiero saltar al vacío y que el cielo se apiade de mí. No me quiero unir a la
audiencia que espera algo de mí. Sólo quiero ser sincera conmigo misma, pero me
lo estoy haciendo imposible.
Y de todo esto, queda al menos la lealtad,
porque al fin y al cabo (por más que quiera escapar de mi propio porvenir) me
veo en la obligación de apostar por mí misma.
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