jueves, 7 de febrero de 2013

Resitiendo el cambio


Eso de que te fuercen a vivir en el mundo real, no es de caballeros ni de damas. Eso de que poco a poco veas tu sueño de convertirte en pirata y navegar los siete mares cada vez más lejos, por culpa de la dura mirada de la realidad, no es de héroes. De que cada vez sea más difícil encontrar hadas en las praderas y gnomos viviendo en los bosques, eso no es de valientes. 

¿Qué pasó con la idea de vivir cuentos de hadas y aventuras en la tierra de nunca jamás? ¿De pelear contra ciclopes y sobrevivir a las sirenas? Todo eso quedo reducido a cuentos por autoría de quiénes profesan fanáticamente la realidad.

Si la misma realidad dio cavidad para que existieran estás historias, ¿quiénes son ustedes para promulgar una profecía marginada y limitada? ¿Por qué nos obligan a vivir en una rutina controlada por tiempos y horarios? Yo me pregunto, ¿Dónde quedó el espacio para viajar en a la luna sin necesidad de cohetes? ¿De volar con polvo de hadas y pelear con dragones? Ya todo eso sólo lo encontramos en bestsellers y súper producciones cinematográficas. La gente ha contamina el color de la mente por cenizas grisientas. Y no hay ningún logro en eso.

Me asusta pensar que cada vez se me dificulta más encontrar la mágia detrás de las cosas, por la gran polución de responsabilidades y deberes que rodea el mundo adulto. Pero me he prometido a mi misma, resistir hasta mi último aliento y nunca abandonar mi verdadero ser.

Ilustración por Linn Olofsdotter

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