No es justo que aun me queden tantas lágrimas para llorarte. No es justo que mi cerebro y mi corazón se hayan alienado contra mi a tu favor. No es justo que mis oídos tengan la capacidad de escuchar tu risa aunque estés tan lejos de mi. No es justo que mis manos todavía recuerden las tuyas. No es justo que mi cabeza busque en las noches tu cuello ni que mis labios le pesen tanto la ausencia de los tuyos. No es justo que mi piel siga recordando la huella de la tuya y que mis ojos no hayan podido olvidar tu figura. No es justo que mi cuerpo todavía te añore, te llame y te convoque. No es justo que el mundo entero se proponga en hacerme recordar incesantemente tu ausencia. No es justo extrañarte tan desgarradoramente angustiante.
No es justo que te hayas llevado tanto de mi...
viernes, 22 de junio de 2012
miércoles, 13 de junio de 2012
Una noche cualquiera
Había una noche normal, sin nada en
especial que la diferenciara de las demás. El mismo azul rey oscuro en el
cielo, cubriendo el mismo paisaje terrenal de siempre. Habían algunas pocas
nubes, una luna iluminada y una que otra Venus en el horizonte. Pero nada
extraordinario que comentar acerca de esta noche. No era aburrida, pero tampoco
era muy animada. Era más bien tranquila, relajante, suspirante... y
probablemente cansada. Tenía cierto aire de sabiduría, esto debido a las largas
e infinitas horas de vigilia mientras comenzaba su reinado. No hay que analizar
por mucho tiempo a la humanidad para tener una acertada teoría sobre su
naturaleza. Tanto tiempo esperando, con calmada paciencia, su momento de vislumbrar
ese extraño mundo del que mucho se susurraba. Pero nunca nadie le habló de los
colores que su luna le iluminaba, o de los pequeñísimos sonidos de seres
creídos dormidos, o del movimiento de un mar noctambulo. Nadie le había
advertido que había más humanidad en el canto de una cigarra, que en la propia
raza humana.
Y así como se alzó de desprevenida, su reinado cesó de existir en sumo silencio al llegar
el alba.
lunes, 11 de junio de 2012
Y finalmente….será?
Y después de tanto tiempo, puedo decir que
si hubo algo ahí. ¿Habré prendido una chispa dormida? Al final, si fui lo
suficientemente importante como para repensar las cosas. Las acciones. Escarbar
las memorias. Tener la valentía de aceptar y preguntar. De querer conocer sobre
mí después de lo ya borrado por el tiempo, mas no por la memoria.
¿Será que cabe la posibilidad de correr el
riesgo de estar conmigo? ¿De qué no sólo
vivo en mis recuerdos?
domingo, 10 de junio de 2012
La última partida
Después de perder otra vez esa dignidad regenerada,
después de perfumarse inútilmente y mostrar sutilmente los atributos de una femme fatale inexistente, vuelvo a
perder en el mismo juego de siempre.
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